Seguimos con el relato de nuestro roadtrip por Dolomitas.
Llegamos al Passo Falzarego a 2.105 m. ya de noche, así que aparcamos y mañana será otro día. La calefacción se para de madrugada y cuando me despierto el termómetro marca dentro – 5.4° Qué rasca! La vuelvo a encender y espero que se despierten mis chicos.
Esta noche sí que ha nevado de lo lindo! El paisaje afuera es alucinante. Espero que los neumáticos de invierno hagan su función porque el suelo del parking está completamente blanco.
Esperamos que el sol suba un poco en un cielo completamente azul y empiece a calentar para salir de la furgo. Decidimos coger el funicular que te sube hasta el Rifugio Lagazuoi a 2.752 m. Salva un desnivel considerable y desde arriba te ofrece unas vistas magníficas. Qué suerte hemos tenido. La niebla y las nubes nos han respetado y podemos disfrutar de la panorámica. Qué pequeños nos sentimos aquí arriba. Andamos un poco para ver los 360° disponibles y nos adentramos en uno de los túneles construidos durante la guerra para averiguar como debía de ser aquella época.
La nieve nos impide hacer todo el recorrido de bajada a pie, la chica del teleférico junto al Rifugio Lagazuoi dice que hay demasiada nieve y que no es seguro yendo con el peque, así que muy obedientes, nos conformamos con una pequeña degustación.
Después de la experiencia en las alturas, tardamos un rato en acondicionar la furgo para seguir ruta. Los cristales están completamente congelados, tiene estalactitas por todas partes y es imposible conducir así.
La siguiente parada nos lleva hasta el Passo Tre Croci (1.805 m.), desde donde empieza la excursión prevista para mañana al impresionante lago Sorapis. Aprovechamos la tarde para hacer un paseo por el bosque mientras hay luz solar y a dormir.