Jordania es uno de esos destinos que estaba en la lista des de siempre. ¿Quién no sueña con ver El Tesoro en primera persona? Aunque hayas oído hablar de él cientos de veces y visto miles de imágenes, el deseo de estar ahí sigue intacto.
Ryanair en este sentido facilita mucho las cosas con vuelos muy baratos para este tipo de destinos. Agunas combinaciones horarias y económicas hacen posibles volar al país por menos de 100 €/persona, algo inimaginable antes de que la compañía irlandesa abriera dichas rutas.
Jordania es un país famoso como destino vacacional pero aún y así, la cantidad de turistas que recibe está muy lejos de los que pueda recibir Barcelona. Este año 2019 han batido su récord y han llegado al millón de visitantes, mientras que una ciudad como Barcelona, recibe al cabo del año más de 8 millones. Así que hay gente, pero no es agobiante ni nada parecido. Hay muchos rincones que podrás disfrutar en solitario y es algo que se agradece.
A Jordania la mayoría de gente viene con viaje organizado, así que por las carreteras apenas hay tráfico. Nos ha parecido un país caro, no es como Marruecos por ejemplo.
Nosotros hemos estado 1 semana y creo que es tiempo suficiente para conocer lo más representativo del país. Todo lo que hemos visto nos ha encantado pero también es verdad que es un destino que se presta poco a hacer más de una visita, una vez lo has visto, no sé si volveríamos. A diferencia de Marruecos donde hemos ido 3 veces y seguro que habrá más. Obviamente también influye que Fes está a 2 horas, el vuelo vale 20 € y todo es más barato…
PREPARATIVOS
Alojamiento
Elegir alojamiento no fue tarea fácil. En algunos puntos, es importante reservar con la mayor antelación posible para tener una relación calidad precio decente. Pero no hay mucho donde elegir y los precios suelen ser caros para lo que ofrecen.
Al alquilar coche, la ubicación de los hoteles no nos limitaba demasiado porque teníamos liberad para movernos.
Esta vez teníamos claro que queríamos darnos un caprichito con el alojamiento y en Petra elegimos dormir en una burbuja con jacuzzi.
En el mar muerto elegimos el único alojamiento que hay en Wadi Mujib y, en el desierto no tuvimos suerte con la opción elegida y al llegar no cumplía para nada con nuestras expectativas. Así que pagamos una penalización por la cancelación en el último momento y nos fuimos a otro que resultó ser un gran acierto.
Jordan Pass y Visado
Para visitar Petra es imprescindible comprar previamente el Jordan Pass aquí. No es barato pero es el precio que vale entrar a semejante maravilla. Hay opción de 1, 2 o 3 días. E incluye el visado de entrada al país. Nosotros elegimos la opción de 3 jornadas (105 €/persona) para poder ir tranquilos y exprimir al máximo la ciudad de piedra. Menos de 2 es un pecado porque no da tiempo de ver lo mínimo y 2 está bien para ver lo básico sin distraerse demasiado.
En principio habíamos leído que los niños debían pagar el visado al llegar porque no hay Jordan Pass para ellos porque no pagan entrada a Petra hasta los 12 años. Pero en nuestro caso, no tuvimos que pagar nada.
Hay que tener en cuenta que en el Jordan Pass se incluye la entrada a distintos atractivos turísticos del país pero no al Petra by night. Así que hay que pagarlo a parte el mismo día que quieras ir. También hay que contar que en principio no se hace todos los días, solo los lunes, miércoles y jueves. Así que hay que organizar las fechas del viaje en función de esto si es que no quieres perdertelo. Siempre mejor cuadrarlo para tener 2 posibilidades de ir por si se anulara la primera. No seriais los primeros que se vuelven de Jordania sin poder verlo por anulación a última hora. Cuando estuvimos nosotros, hacían 2 sesiones por noche, una a las 18:30h y otra a las 20h.
Es caro para lo que es, porque 17€ más por un te, 4 canciones y 2 minutos de luces sobre la fachada, no es barato. Pero ya que has ido hasta Petra, tienes que recorrer el siq entre farolillos y verla de noche, iluminada solo con las velas.
Salud
Antes de cualquier viaje, nuestra recomendación es que os acerquéis a Sanidad Exterior, donde os asesorarán los médicos expertos en medicina tropical. Aunque en el caso de Jordania, no es necesaria ninguna vacuna.
En cuanto al botiquín, siempre hay que llevar unos mínimos por si fueran necesarios, es tan fácil como escribir un mail a vuestr@ doctor@ de cabecera contándole vuestro viaje y os harán la receta de los medicamentos que podáis necesitar. Básicamente, en nuestro caso, el botiquín incluía: paracetamol, ibuprofeno, cristalmina, gasas, tiorfan, amoxicilina, suero oral, antihistamínico, flumil, termómetro, gaviscon, nolotin, arnidol y bálsamo de tigre.
Y por último, pero no por eso menos importante ¡el seguro de viaje! Nosotros tanto a Nepal, como a Sudáfrica, como al Sudeste Asiático, viajamos con IATI Seguros, así que esta vez, volvimos a repetir con ellos. Por suerte, en Jordania no lo hemos tenido que utilizar y esa es la mejor noticia.
Documentación imprescindible
En cuanto a documentación, solamente hay que llevar el pasaporte en vigor con mínimo 6 meses de caducidad.
En referencia al dinero, hemos gastado bastante efectivo ya que en muchos sitios no se puede pagar con tarjeta.
La app XE es una maravilla para hacer el cambio de divisa.
Movilidad
Nosotros hemos elegido alquilar un coche y movernos por Jordania por nuestra cuenta con total libertad. La gasolina no es cara y los trayectos no son tantos ni tan largos. Si no te da apuro conducir en otros países, sin duda, es la mejor opción. Si no, existe la posibilidad de alquilar taxis para todos los trayectos. Eso sí, hay que regatear.
Las carreteras están bien, apenas hay tráfico y la conducción es fácil. Llevando una app como Google Maps no hay el mínimo problema para llegar a ningún sitio. Como dato curioso, solo añadir que hay muchos badenes y que hay controles policiales. A nosotros nos pararon una de las veces por superar la velocidad de la vía pero solo nos advirtieron, por suerte, no hubo multa.
Equipaje
Para variar, esta vez tampoco queríamos facturar. El reto era aún mayor que los 7kg que llevamos los 2 adultos para el sudeste asiático. Esta vez, teníamos que meter todo en un par de mochilas para no tener que pagar el suplemento de Ryanair. Para una semana en Jordania tampoco había que llevar mucha ropa. Y evidentemente, lo conseguimos.
Clima
En las fechas en las que hemos estado nosotros en Jordania, noviembre, a primera hora de la mañana y por las noches hacía fresco como para ir con el plumas. Durante el día, con manga corta.
La mejor época para ir sería otoño y principio de primavera. En verano hace demasiado calor para poder disfrutar al 100% y en invierno la temperatura es ideal pero el día se hace muy corto y tampoco puedes aprovecharlo al máximo.
Hay que tener en cuenta que ahora ya anochecía muy pronto, así que había que madrugar bastante para ir con la luz solar. Sobre las 16h ya empezaba a oscurecer por lo que si te despiertas tarde, casi pierdes el día. Hay que tenerlo en cuenta según la época del año en que quieras ir a Jordania.
¿Cómo llegar?
Hay varias opciones para llegar a Jordania. Se puede aterrizar en la capital, Aman, en el norte del país o en Aqaba, en el sur del país bañada por las aguas del mar rojo. Quizá la mejor combinación sería entrar por una y salir por la otra.
En nuestro caso elegimos entrar y salir por Aqaba y obviar la capital.
También existe la posibilidad de volar a países vecinos como Egipto o Israel, la ciudad israelí de Eilat hace frontera con Aqaba, así que también es una opción si se quieren combinar ambos países.
RUTA
Día 1 del viaje a Jordania en familia
Vuelo Barcelona – Milan
Milan – Aqaba
El primer día en Jordania lo dedicamos a pasear tranquilamente por Aqaba. Cambiar dinero, comer bien y empezar a ambientarnos. La primera impresión fue muy buena. Nos pareció una ciudad segura incluso para pasear por la noche. No percibimos nada fuera de lo común que nos hiciera saltar ninguna alarma. No sé por qué extraña razón nos sentimos bastante cómodos en países musulmanes.
Nos alojamos en este hotel: Karam House. La relación calidad precio es de lo mejor del viaje. La ubicación es correcta y las personas de recepción muy amables. La habitación muy amplia y limpia.
Día 2 del viaje a Jordania en familia
Aqaba – Wadi Musa , 1h 45 min, 125 km
Ya con el coche de alquiler nos dirigimos hacia Petra. Empezamos con uno de los platos más fuertes de Jordania. Google Maps nos guía sin problema y no hay apenas coches por la carretera, así que estamos pendientes del paisaje y el trayecto no se hace nada largo.
Llegamos a mediodía a Petra y el ansia de entrar nos puede, así que nos acercamos al bar que hay en la plaza de la entrada y le pedimos que nos prepare algo rápido que nos podamos llevar. La primera en la frente. Nos ponen 3 shawarmas para llevar y nos clavan la friolera de 60 €. Un timo en toda regla.
Ahora sí, enseñamos el Jordan Pass y para dentro. En la primera parte del trayecto hay que ir rechazando a cada paso la oferta de animales para llevarte. No sé si eran más insistentes con nosotros porque íbamos con el peque y pensaban que se cansaría, pero realmente se hacen cansinos. Lo que no saben es que seguramente es capaz de andar más que la mayoría de ellos. Afortunadamente es solo el primer kilometro.
Una vez te adentras en el siq desaparecen y puedes disfrutar del trayecto sin ninguna distracción. El desfiladero es realmente impresionante, hay tramos altísimos y otros muy estrechos. Además vas con la adrenalina de saber que El Tesoro está al final, esperándote.
Y como reza el tópico, aunque hayas visto miles de imágenes antes, la primera vez que lo ves frente a ti, te deja boquiabiert@. Resulta increíble imaginar cómo pudieron construir semejante maravilla hace 2.000 años…
Después de deleitarnos un buen rato con El Tesoro, subimos a uno de los miradores y caminamos hacia las tumbas reales. Para nosotros este es el mejor mirador con la mejor perspectiva. Así que apuntadlo porque es otro de los imprescindibles. Enseguida se nos hizo la hora de cerrar, así que aprovechamos más bien poco. Pero como teníamos entrada para 3 días, podíamos ir relajados.
Salimos pero volvimos a entrar a las dos horas, Petra by night nos esperaba. Recorrimos el siq a oscuras solo con la luz de las velas y llegamos finalmente ante El Tesoro. Había gente pero no demasiada, así que pudimos estar cómodos y disfrutando del espectáculo en primera fila sin problema. Cuando terminó, dejaron un rato para que todos hiciéramos las fotos de rigor y después empezaron a desalojar porque venía el siguiente grupo. No olvidéis el trípode, es imprescindible para sacar fotos nocturnas decentes.
Ya de vuelta, nos cruzamos con muchísima gente que iba a la sesión de las 20h, así que fue un acierto total entrar en la primera sesión.
Al llegar al hotel, la curiosidad nos pudo y nos metimos en YouTube a mirar un documental que nos ilustrara todo lo que se sabe a día de hoy sobre todas las construcciones de Petra. Sin duda fue lo mejor que pudimos hacer, hasta el peque estuvo hipnotizado con el documental escuchando todas las explicaciones como si de una visita guiada se tratara. Descubrimos cosas que se nos hubieran pasado por alto y entendimos otras de las que nos habíamos quedado con la duda. Así que si no queréis pagar los 60 € más que valen las visitas guiadas, os recomendamos encarecidamente ver un documental in situ para entender mejor la grandeza de Petra.
Día 3 del viaje a Jordania en familia
El día de hoy lo íbamos a dedicar a subir al Monasterio, el otro gran protagonista de Petra. Nos levantamos a una hora razonable y sobre las 9h estábamos entrando por la puerta. Volvimos a recorrer el Siq, a admirar El Tesoro y seguimos el camino. Pasamos de nuevo por delante del teatro, por la avenida de las columnas y nos adentramos en la subida propiamente. Más de 800 escalones nos separaban del Monasterio pero después de subir miles en Nepal, casi se nos antojan asequibles.
Esquivando burros y cabras, finalmente llegamos a la segunda fachada más famosa de la ciudad roja. Y no es para menos, es realmente impresionante.
Nos tomamos algo en el bar de enfrente con las mejores vistas del mundo y admiramos cada detalle. Finalmente emprendimos el camino de vuelta, paramos en las puertas de león y seguimos por detrás del templo para hacer la ruta de xxx que pasa por el jardín. Esta parte es 100% recomendable, de verdad, no os la perdáis, vale la pena hacer el circuito circular y ver esta zona que está completamente vacía de turistas.
Llegamos hasta el altar de los sacrificios y bajamos de nuevo hacia El Tesoro. Es imposible pasar por delante y no fotografiarlo cada vez. Según la luz del sol toma distintas tonalidades y todas te parecen las más bonitas.
Salimos pasadas las 16h del recinto, después de estar todo el día pateando.
En la calle principal hay distintas opciones para comer. Provamos 3 de ellas y las 3 correctas y sin precios abusivos. Eso sí, la velocidad no es su fuerte, así que si hay mucha gente, mejor elegid otro porque sino tardareis el triple en comer.
Pues eso, llenamos el buche y nos fuimos al hotel a descansar.
Día 4 del viaje a Jordania en familia
El tercer día madrugamos un poquito más y entramos sobre las 7:30h. En El Tesoro todavía no había casi gente, eso sí, lamentablemente presenciamos un accidente que nos puso los pelos de punta. Mientras estábamos admirando la famosa fachada se escuchó un grito tremendo. Nos giramos asustados y una persona se había caído des de uno de los miradores. La policía empezó a correr hacia la zona, llamaron a una ambulancia y no tardó en aparecer. Todavía no me explico como pudo sobrevivir, porque se abrió la cabeza des de una altura más que considerable, pero afortunadamente no terminó en tragedia.
Así que ya sabeis, hay que extremar las precauciones, el terreno no es fácil ni llano, hay que llevar calzado adecuado y hay que tener cierta forma física para hacer según qué rutas o meterse en según qué miradores para no tener que lamentar daños mayores.
Se nos quedó mal cuerpo pero teníamos que continuar con la visita. Elegimos subir hacia las tumbas reales y continar por las fachadas. Desde lejos ya impresionaban pero de cerca, son la ostia. Desconozco porque no tienen el reconocimiento de las otras fachadas pero sin duda se merecen la calificación de imprescindibles en cualquier visita a Petra.
Era pronto y no había nadie por aquí, así que estuvimos admirando la belleza de la piedra tranquilamente y después continuamos hacia el mirador. El trayecto no es corto, requiere también su tiempo, pero al llegar tienes una perspectiva difícil de olvidar. A pesar de ello, quizá me quedo con el primer mirador. ¿Qué decís vosotr@s, preferís el primero o este último?
Además en este es obligatorio consumir algo en el bar para que te dejen entrar para admirar las privilegiadas vistas…
Y ya solo quedaba el camino de vuelta. Íbamos lentos porque sabíamos que era la última vez que veríamos esa maravilla con nuestros propios ojos. Queríamos retener cada detalle, observarlos todos por última vez.
Nos despedimos del Tesoro, también del Siq y recorrimos los últimos metros convencidos de lo afortunados que somos de haber vivido semejante experiencia en familia.
Comimos algo en la calle principal y nos fuimos hasta el hotel a exprimirlo como se merece.
Fue un capricho de hotel pero de vez en cuando, es una delicia poder disfrutar de tal lujo.
A la burbuja no le falta detalle, el techo transparente te permite observar las estrellas toda la noche que sin contaminación lumínica, es de por si, todo un espectáculo. El jacuzzi es la guinda del pastel, estuvimos toda la tarde en remojo. ¿Podéis creeros que el agua está a 39°? Parece una locura pero se está de lujo.
Dentro de la burbuja hay 2 aparatos de aire acondicionado, durante el día hay que tener el aire frío y cuando se va el sol, hay que ponerlo en modo calefacción porque hace frío. La peor parte se la lleva el baño que no consigue aclimatarse a la temperatura que marca el aparato.
En booking la reserva incluye media pensión, así que pudimos deleitarnos con una comida exquisita. Tanto la cena como el desayuno es bufet libre y todo está delicioso. Creo recordar que la bebida no está incluida, algo que nos pareció ridículo porque con el dineral que pagas por estancia (300 €/noche), es ridículo que no te incluyan un refresco y tengas que pagar 2 JOD’s por una coca cola.
Imprescindible no perderse la puesta de sol que se esconde delante del jacuzzi tiñendo el cielo de colores indescriptibles.
Día 5 del viaje a Jordania en familia
Petra – Mar Muerto, 2h 30 min, 170 km
Muy a nuestro pesar tuvimos que despedirnos del hotelazo y seguir con nuestra ruta.
Pusimos de nuevo Google Maps y nos dirigimos hacia el norte dirección al mar muerto.
Elegimos el Mujib Chalets como alojamiento, la ubicación es ideal pero la relación calidad precio deja mucho que desear. Las vistas des de la habitación son inmejorables (incluso des de la ducha) y al tener la habitación triple, nos tocó la del fondo y no tienes nadie delante, un auténtico lujo. Pero la habitación en sí no es nada del otro mundo. El desayuno incluido es más bien escaso y con poca variedad. Está completamente aislado de todo, queda a 20km del último pueblo al sur y a 30km del resto de hoteles al norte. Así que si necesitas comprar algo, como comida, lo tienes complicado, sé previsor/a.
Lo mejor, es que tiene una zona con muchísima sal acumulada en la orilla a 5 minutos y es el lugar ideal para ver la puesta de sol que se esconde por detrás de las montañas israelitas.
Pasamos la tarde flotando en las aguas del mar muerto completamente solos mientras el sol se iba escondiendo. La sensación es muy extraña, difícil de describir. Lo que os garantizo es que mola y que las risas están aseguradas. Eso sí, ojo si tenéis alguna pequeña herida porque escuece bastante, sobretodo a los niñ@s.
En esta misma zona está el cañón de Wadi Mujib que tiene una pintaza espectacular como ruta acuática pero es solo para mayores de 18 años, así que con el peque, descartado. Además, cierra durante el invierno, así que si queréis ir sí o sí, cuadrad las fechas en qué esté abierto.
Día 6 del viaje a Jordania en familia
Mar Muerto – Desierto de Wadi Rum, 3h 30 min, 300 km
Salimos del Mar Muerto dirección al desierto, aunque finalmente paramos de nuevo en Aqaba a comer y con la barriga llena, fuimos al punto de encuentro que nos había facilitado el hotel vía whatsapp.
Hay que pasar el centro de visitantes de Wadi Rum donde nos preguntaron si teníamos el Jordan Pass y a qué hotel íbamos, y seguir hasta la entrada del pueblo donde hay un parquing a la derecha donde se estacionan los coches de alquiler a la espera de que el 4×4 del hotel te venga a recoger.
Al ver a nuestro conductor ya se nos cayó el alma a los pies ¡era un niño! pero bueno, montamos emocionados en el 4×4, cruzamos el pueblo y nos adentramos en el desierto. Vale la pena decir que no es un desierto de dunas como puede ser el de Marruecos, arena hay poca pero a cambio hay unas formaciones rocosas increíbles. El paisaje tiene un aire lunático y es realmente bonito, disfrutamos el trayecto al máximo.
Al llegar al campamento, habíamos reservado una habitación con ventana panorámica para 2 noches (por 270 €) para poder ver las estrellas des de la cama y poder admirar la belleza del lugar el máximo de tiempo posible.
Pero la experiencia no empezó demasiado bien… El chico nos dió una habitación donde las vistas eran nulas, tenías una gran duna de arena encima que no te permitía ver absolutamente nada. Le pedí por favor que nos la cambiara y cedió en concedernos una en el lado opuesto que sí tenía unas buenas vistas. Pero al entrar dentro… ¡menudo bajón! No cumplía para nada nuestras expectativas. La habitación olía mal, la ventana panorámica estaba sucia y hacía un calor terrible. El lavabo daba casi miedo y el frío que tenía que hacer por la noche a juzgar por el tamaño de las mantas, debía ser importante, además de los colchones de espuma que no parecían precisamente cómodos.
Le preguntamos al chico por las excursiones en 4×4 y demás actividades que ofrecían pero no hablaba apenas inglés, llamó al jefe y este nos dijo que nos acomodáramos que él vendría por la noche y podríamos hablar de todo.
Salimos fuera a ver la puesta de sol y realmente fue espectacular. Pero no habíamos venido al desierto a estar incómodos, a pagar 135 €/noche por esa mierda de habitación. Así que empezamos a buscar la manera de huir de allí.
Finalmente apareció el jefe, nos invitó a un té y se dió cuenta de que no estábamos a gusto, así que nos ofreció pagar una penalización de 50 JOD (64€) de gastos de cancelación y buscar una alternativa. Eran las 20h y no sabíamos si, si él nos devolvía al pueblo, otro hotel vendría a recogernos con su 4×4 pero al final le dijimos que sí, que preferíamos irnos.
Me conecté como pude a Booking e hice una reserva para esa misma noche y la siguiente en el Memories Aicha Luxury Camp y al final, como este otro hotel estaba antes del pueblo, casi le venía de camino, nos dijo que nos llevaría directamente.
Si no es el caso, des del Memories, rápidamente se pusieron en contacto conmigo por whatsapp para venir a recogernos, así que sea la hora que sea, el servicio de recogida está incluido.
Llegamos pasadas las 20h al nuevo hotel y nada más poner un pie en el complejo supimos que habíamos acertado con el cambio. El trato fue exquisito, nos animaron a dejar las mochilas en la habitación y a acercarnos al restaurante a cenar algo a pesar de que ya estaba cerrado, ya habría tiempo para el chekin.
Degustamos la rica comida que ofrecían en la gran burbuja y después nos fuimos a tomar algo al bar-cueva donde también ofrecen shisha.
Día 7 del viaje a Jordania en familia
Descansamos de lujo en una cama enorme, nos duchamos con agua caliente y calefacción y fuimos a tomar el desayuno bufet.
Después nos acercamos a recepción para contratar las excursiones en 4×4. Queríamos ver todo, así que al final cogimos 3 horas por la mañana y 3 horas por la tarde, total 120 JOD (150 €). El tema de los jeeps es ajeno al hotel, lo gestionan directamente los del centro de visitantes que desplazan un responsable con quien contratarlo.
Nos designaron un conductor, nos montamos en el 4×4 y empezamos a explorar el desierto. Yo llevaba apuntados los puntos que más nos interesaban y que no queríamos perdernos pero creo que está todo muy estipulado y todas las rutas son standard. No contemplan la posibilidad de hacer el recorrido siguiendo otro orden para no coincidir con el resto de jeeps, algo que le hace perder encanto.
En nuestro caso, el conductor insistía en cada parada con que nos sentáramos a tomar un te en la haima de turno, pero al precio que va la hora del 4×4, no queríamos perder ni un segundo. Para tomar te ya teníamos el hotel, que no era precisamente barato.
Nos llevó a los sitios que quiso sin tener demasiado en cuenta nuestras peticiones y cuando faltaban 45min nos dijo que ya habíamos terminado. Que ya lo habíamos visto todo y que si seguíamos, no nos quedaría nada para ver por la tarde. Menudo timo. Si lo sé contrato 2 horas en vez de 3. Le dije que siguiera dando vueltas por el desierto, que preferíamos ver arena que estar parados esperando que fuera la hora de volver.
Básicamente la primera parada fue en un supuesto manantial, el Lawrence spring, abajo había unas pinturas rupestres nabateas y nos invitó a subir por las rocas para encontrar agua. Nada más lejos de la realidad, hay un pequeño charco y poco más. Lo único que valen la pena son las vistazas.
La segunda parada fue al cañón Khazali que sí teníamos en la lista. Vale la pena acercarse y ver las formaciones rocosas que se han dibujado aquí con el paso del tiempo, el viento y el agua. No se puede cruzar por dentro, solo te puedes adentrar unos metros, pero aún y así, es bonito de ver.
La última parada prevista de la mañana nos llevó al pequeño arco de roca. Y después de insistir, nos llevó a unas pinturas rupestres de camellos, a una duna gigante y ya se hizo la hora de comer.
Volvimos al hotel a reponer fuerzas, pedimos la comida, que resultó ser deliciosa y no especialmente cara antes de volver a encontrarnos con el conductor para hacer las siguientes 3 horas de jeep.
La tarde la reservó para llevarnos al siq trail de abu sashaba, otro desfiladero que sí es transitable; por lo que te dejan en un lado y te esperan en el otro. No tiene el encanto que tenía el de la mañana pero no está de más incluirlo.
Despues creo que nos paró en la roca con forma de champiñón que estaba llena de gente y no hicimos ni una misera foto. Sinceramente, carece de interes. Así que continuamos hacia el gran arco de roca y finalmente nos llevó a ver el atardecer.
Llegamos al hotel casi de noche, sobre las 18h se sirve la cena y vale la pena reservar energías porque a las 20h hacen una salida nocturna a pie para ver las estrellas.
Día 8 del viaje a Jordania en familia
Wadi Rum Village – Aqaba, 1h, 70 km
Después de pasar la segunda noche en el desierto de Wadi Rum y la última en Jordania, teníamos todo el día disponible hasta las 20h que salía el vuelo de vuelta.
Lástima que en el desierto no hay mucho más que hacer y descartamos volver a contratar un jeep porque no quedaba nada más por ver. Así que nos olvidamos del despertador, dormimos hasta tarde, desayunamos tranquilamente, nos duchamos y nos despedimos de este oasis de hotel.
Nos llevaron de vuelta al parquing del pueblo y allí seguía nuestro coche de alquiler. En una horita estábamos de nuevo en Aqaba donde pasamos las últimas horas del viaje paseando por la orilla del mar rojo, haciendo las últimas compras y degustando por última vez las delicias de la comida jordana.
El primer avión nos llevó directos a Milan donde llegamos a medianoce, por lo que elegimos hacer noche en el mismo Bérgamo para descansar.
Día 9 del viaje a Jordania en familia
Al día siguiente nos levantamos tarde y nos dió pereza acercarnos a Milan, así que nos quedamos a dar un paseo por Bérgamo hasta las 12h y volvimos al aeropuerto para coger el último avión hasta Barcelona.