Explorando profundas grietas en la roca cubiertas de nieve, las «Escletxes de la Freixeneda»
Categorías Excursiones en Catalunya, Girona4h 13 min
8’44 km
+232m
DESCRIPCIÓN
Cómo Llegar
La excursión hasta las Escletxes de la Freixeneda está situada cerca de las 4 casas que forman Ciuret, que pertenece al pueblo de Vidrá, ubicado en una zona llamada Gesbisaura que se encuentra entre La Garrotxa y el Ripolles. Para llegar hay que tomar la C-17 y antes de llegar a Ripoll desviarse hacia Montesquiu. Hay que pasar St. Quirze y Sta. Maria de Besora, Vidrá y seguir por la carretera de Ciuret que une esta zona con La Garrotxa. En Collfred, hay que dejar el coche en un margen de la carretera o en la masia que hay en el punto GPS 42.1585, 2.34485. También se puede llegar a traves de St. Privat d’en Bas por La Garrotxa.
Dónde aparcar/pernoctar
Nosotros pernoctamos en un espacio que hay al lado de la carretera, como no es nada transitada, es muy tranquilo. Sinó, se puede pernoctar abajo, tanto en Mas Pins en St. Privat d’en Bas como en el Castillo de Montesquiu sin incidencias.
Crónica
Hacía tiempo habíamos venido, pero nos costó mucho encontrarlas y cuando por fin las encontramos, ya era tarde y nos volvimos rápidamente, me quedé con la sensación de que nos había faltado mucho por explorar… Así que tenía ganas de volver porque la primera vez me parecieron fascinantes.
Así que, cruzamos la masía repleta de vacas con la nieve como invitada especial y empezamos a caminar. Nada más cruzar el río, helado en gran parte, nos dimos cuenta de que la nieve nos dificultaría la caminata, así que decidimos regresar a la furgo a coger los crampones que compramos para Islandia. Para lo poco que valen, hacen el apaño para evitar peligrosos resbalones.
Ahora sí, bien equipados, retomamos la marcha.
Cómo cambia el paisaje con el manto blanco de la última nevada… está precioso! Adoro escuchar el sonido de la nieve y el hielo bajo las botas…
Vamos siguiendo el rastro de wikiloc para no volver a perdernos, se nos hace largo el camino hasta que divisamos los restos de la casita de madera que recordábamos perfectamente de la otra vez y lugar donde había que dejar el camino y empezar a subir para llegar en seguida a las grietas.
Como casi siempre, estamos solos en este magnífico entorno y podemos disfrutarlo en todo su esplendor
Ya en las grietas, nos dedicamos a entrar y salir y a perdernos como si de un laberinto se tratara y como no, aprovechamos para jugar con la nieve…