La primera incursión durante nuestro Roadtrip por Eslovenia fue subterránea.
Las cuevas de Skocjan
Por la mañana visitamos Skocjan Cave, un conjunto de 3 cuevas que no te dejan indiferente.
La primera cueva y la más grande se visita con guía, las otras dos por libre. Cogimos la primera hora para visitarla, aún y así había mucha gente.
La parte más impresionante es el cañón que el río Reka ha formado en su interior, nunca habíamos visto nada parecido y es realmente impresionante. Hay un puente que lo cruza a 47 metros de altura, así que imaginar la grandeza de la cueva. Luego se bordea el río por un sendero totalmente habilitado colgado en la pared desde donde se aprecian los primeros caminitos que seguían los exploradores colgados literalmente de las paredes. Hay muy poca luz y no se puede apreciar con detalle la belleza del lugar pero bien se merece una visita (si os queréis hacer una idea, mirad las fotos de su web que tienen muchísima más luz y se ven preciosas)
La segunda parte va siguiendo también el río pero hay tramos abiertos y tramos subterráneos, todos son de gran belleza y te obligan a detenerte a cada paso para admirar lo que es capaz de crear la naturaleza con el paso del tiempo. Realmente increíble.
La cueva Krizna
Por la tarde fuimos a visitar la mucho menos concurrida Krizna cave, sólo éramos 7 personas en la última visita del día: una pareja de aragoneses, nosotros y una pareja que vivía cerca y él hablaba español y esloveno, así que nos fue traduciendo toda la visita, un auténtico lujo.
Lo primero que sorprende es que no tiene luz artificial, antes de entrar te proveen de una potente linterna con una pesada batería y botas de agua. Una vez dentro, puedes apreciar la magnitud de la cueva y la oscuridad que la protege. En un par de momentos el guía nos hizo apagar las luces y estábamos completamente a oscuras, fue una sensación muy extraña.
Al inicio de la cueva, alrededor de la luz se apreciaba vapor de agua, en la foto se veían muy claramente… más adentro desaparecía. El gúia nos muestra restos de lo que dice son huesos de oso que habitaron la cueva en el pasado. Nos enseña un trozo de suelo que conserva increíblemente bien todos los restos incrustados de hace miles de años, se aprecia asombrosamente bien todas las capas fosilizadas.
Un río subterráneo cruza la cueva y ofrece un par de lagos. En la visita normal se navega con una barca hinchable por el primer lago. Nos hace apagar las luces y enciende una por debajo de la barca que sólo ilumina el agua, el efecto es increíble, una imagen inolvidable.
Hay una visita más interesante y más extensa que se alarga 4 horas que te permite adentrarte unos kilómetros más y explorar mucho mejor esta intrigante cueva, pero cuando lo miramos ya estaba todo el mes completo y no se podía reservar. Si podéis mirarlo con tiempo, tiene muy buena pinta. Para fotazas, deleitaros con las de su web.
Y recuerda, si te animas a explorar este hermoso lugar, usa #melodijofurgoyporteo así constatamos que todo el tiempo y cariño que le dedicamos, tiene su recompensa 😉 GRACIAS